KREDIFANM

En Haití, las mujeres representan el cincuenta y dos por ciento (52%) de la población y el sesenta por ciento (60%) en las áreas rurales. La prioridad dada a los hombres en la división del trabajo obliga a estas mujeres, que son trabajadoras, a depender, en la mayoría de los casos, de los hombres para acceder al capital, lo que les impide asegurar su situación económica de manera permanente e independiente.

En este contexto, las mujeres rurales haitianas, especialmente aquellas nacidas en situación de pobreza extrema, han desarrollado actitudes favorables al ahorro, por ejemplo la capacidad de tomar decisiones, aptitudes para el comercio, búsqueda de nuevas actividades y mercados, experimentación, inversión, endeudamiento, planificación, incluido el riesgo, de acuerdo con valores como la solidaridad, la apertura al asesoramiento de personas que consideren confiables, el respeto a los compromisos que consienten como grupo y una responsabilidad destacada para velar por la supervisión y el desarrollo de su descendencia.