8M: 49 años de conmemoración – Impulsando la igualdad en los Sistemas Agroalimentarios

La versión original de este artículo por Marcela Ávila y Priscila Zúñiga, especialista técnica y gerenta del Programa de Equidad de Género y Juventudes respectivamente, se publicó el 7 de marzo de 2024 en el Blog del IICA. Se puede consultar aquí.

Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en reconocimiento de la lucha histórica de las mujeres por alcanzar la igualdad de derechos. Esta conmemoración cobra especial relevancia al considerar que, en el mundo, las mujeres representan el 49,7 % de la población global. Este porcentaje también se refleja en América Latina y el Caribe, donde residen 334 millones de mujeres, constituyendo el 50,8 % de la población regional. Entre estas cifras, destaca que 58 millones son mujeres rurales, según datos del Banco Mundial para el año 2022. Sin embargo, a pesar de esta representación significativa, las mujeres continúan enfrentando desafíos en cuanto a la igualdad de derechos en comparación con los hombres.

Un recorrido por la historia del 8M

La Organización de Naciones Unidas adoptó el 8 de marzo como el Día Internacional de Mujer en 1977 en reconocimiento a la lucha de miles de mujeres venían dando desde mucho tiempo atrás. En 1848 se llevó a cabo la Primera Convención Nacional por los Derechos de las Mujeres en Estados Unidos de América, dónde se abogó por derechos sociales, civiles, políticos y religiosos. Posteriormente, en 1910, tuvo lugar la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en la cual las mujeres lucharon por el derecho al sufragio universal. En 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer en países de Europa y en Estados Unidos de América.

En 1917 las mujeres rusas se movilizaron en protesta por la escasez de alimentos y la falta de paz durante la Primera Guerra Mundial. En 1946 se creó el Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) como el órgano mundial de la ONU encargado de promover la igualdad de género. Este fue un momento histórico y significativo que generó un cambio en la visión global de la lucha por los derechos de las mujeres.

Durante el año 1979, se aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y se declaró el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (1976-1985). En 1993, se logró la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en 1994 la adopción de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém do Pará), y en 1995, la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing.

Asimismo, en la semana del 11 al 23 de marzo del 2024 se llevará a cabo en New York la sesión número 68 de la CSW, representando dos semanas de discusión de propuestas para continuar avanzando en la obtención de los derechos de las mujeres y en la construcción de sociedades más inclusivas.

Las mujeres en los sistemas agroalimentarios

El informe “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios” de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2023) arroja luz sobre los avances y desafíos persistentes para las mujeres en el ámbito de los sistemas agroalimentarios. Destaca una preocupante ampliación de la brecha de género en seguridad alimentaria de 1.7 puntos porcentuales a 4.3 puntos porcentuales, señalando un aumento en lugar de una reducción esperada.

Según este informe, a pesar de que un 75 % de las políticas públicas y planes de trabajo en agricultura y desarrollo rural reconocen la contribución de las mujeres a los sistemas agroalimentarios, solo un 19 % establece objetivos específicos de género. Esto subraya una visibilización parcial que aún no se traduce en acciones concretas para cerrar la brecha de género. Esta estadística añade una dimensión crítica al desafío de implementar políticas que no solo reconozcan la contribución de las mujeres al desarrollo de los sistemas agroalimentarios, sino que también promuevan la igualdad de derechos y oportunidades de manera efectiva.

Adicionalmente, el Índice de Mujeres, Empresa y Derecho, elaborado por el Banco Mundial (disponible en el Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios del IICA en https://opsaa.iica.int/indicators), revela que la mayoría de los países de América Latina y el Caribe presentan un índice promedio nacional menor a 80. Este dato indica que, en dichos países, las mujeres disfrutan menos del 80 % de los mismos derechos legales que los hombres [1], evidenciando una significativa disparidad en el reconocimiento y ejercicio de derechos entre géneros ante la ley.

En materia económica, cerrar las brechas de productividad agrícola y asegurar la equidad salarial entre hombres y mujeres en los sistemas agroalimentarios podría incrementar el Producto Interno Bruto Mundial en un billón de dólares (FAO, 2023). Actualmente, las mujeres asalariadas en agricultura ganan 82 centavos (USD 0,82) por cada dólar que ganan los hombres, evidenciando una desigualdad salarial significativa.

Además, y a nivel más macro, según el Índice de Feminidad de la Pobreza Extrema, elaborado por la CEPAL [2] en 2022 el valor del índice para América Latina fue de 118.3. Esto señala que las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por la pobreza extrema, con una incidencia mayor en comparación con los hombres. Estas disparidades subrayan la urgente necesidad de adoptar medidas específicas que no solo promuevan la igualdad salarial, sino que también aborden de manera integral las múltiples dimensiones de la desigualdad de género.

El acceso a la tenencia de la tierra emerge como otro desafío crítico, agravado por la escasez de datos desagregados por género, lo que dificulta la formulación de políticas efectivas. Según el Informe de Rendición de Cuentas de Generación Igualdad 2023 de UNWOMEN, esta falta de información es un obstáculo mayor para abordar las desigualdades de género en el sector.

Por otra parte, las mujeres en los sistemas agroalimentarios enfrentan desafíos económicos significativos, evidenciados especialmente por su limitado acceso al crédito debido a la falta de garantías, como la tenencia de la tierra. Esta situación está intrínsicamente ligada a la disparidad de género en la propiedad de la tierra y se ve exacerbada por la menor probabilidad de empleo formal, confinando a muchas mujeres a sectores no formales de la economía. Estas limitaciones no solo restringen los derechos de las mujeres, sino que también inhiben su capacidad para alanzar un desarrollo y realización plenos.

Además, estos retos económicos están entrelazados con otras formas de desigualdad de género prevalentes en los sistemas agroalimentarios. Las mujeres no solo participan activamente en las actividades productivas agroalimentarias, sino que también soportar la mayor carga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Esta doble jornada impone una sobrecarga laboral que frecuentemente permanece invisible y no reconocida, reforzando las desigualdades de género y limitando aún más las oportunidades de las mujeres en el ámbito agroalimentario.

Contribuciones del IICA al cierre de brechas en los sistemas agroalimentarios

Alineado con el lema de las Naciones Unidas para el 8 de marzo, “Financiar los derechos de las mujeres: acelerar la igualdad”, el IICA se esfuerza por aportar a través de proyectos de cooperación técnica que incorporan metas de género. Además, mediante la creación de alianzas con socios clave, impulsa proyectos orientados a fortalecer los sistemas agroalimentarios desde una perspectiva de género.

Desde 2021, se ha establecido el Foro Permanente de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de Agricultura de las Américas, cuyo propósito es resaltar el papel de las mujeres en la toma de decisiones en el ámbito del desarrollo rural y la seguridad alimentaria. Este evento anual facilita el diálogo sobre el progreso de las políticas públicas y el intercambio de buenas prácticas nacionales para mitigar la disparidad de género en los sistemas agroalimentarios.

Fruto de este foro, el Programa de Equidad de Género y Juventudes ha lanzado dos ediciones del Curso de Introducción al Emprendimiento para Mujeres Rurales, destinado a emprendedoras rurales de América que buscan ampliar sus habilidades empresariales y oportunidades de negocio. A partir de su tercera edición, este curso se ofrecerá gratuitamente a través de la plataforma de aprendizaje electrónico del IICA (IICA E-Learning), destacando el compromiso del instituto con la capacitación y el fortalecimiento del liderazgo femenino en el sector.

Como parte de sus esfuerzos para reducir las desigualdades, el IICA colabora estrechamente con entidades como la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM). En 2023, dentro del IV Foro Permanente, se firmó un acuerdo para promover acciones conjuntas siguiendo la Declaración del Decenio de los Derechos de las Mujeres, Adolescentes y Niñas en entornos rurales. Para 2024, está previsto el lanzamiento de un curso sobre empoderamiento femenino dirigido a mujeres rurales de América.

En alianza con Rotary Internacional, se promueve activamente la participación de emprendedoras rurales de Panamá y Costa Rica en el curso de Introducción al Emprendimiento para Mujeres Rurales, con el objetivo de ampliar su impacto en la región.

Además, el IICA ha implementado la Plataforma Hemisférica para Mujeres Rurales, un espacio dedicado al intercambio, aprendizaje, colaboración y defensa de los derechos de las mujeres, promoviendo la participación activa, la inclusión y la equidad de género. Junto a esto, el IICA por medio del Observatorio de Políticas Públicas para los Sistemas Agroalimentarios (OPSAA), ofrece información actualizada en materia de Género y Juventudes, permitiendo el acceso a instrumentos como informes técnicos, políticas, legislación e indicadores, entre otros. Estas herramientas se constituyen en aportes del IICA al análisis y la reflexión sobre los contextos nacionales e internacionales en materia de género y los sistemas agroalimentarios.